martes, septiembre 25, 2007

Kilómetro 436

Le tengo temor a la llanura pampeana. Es algo que me ocurre desde pequeño y que, bueno, creí conveniente traer a colación en este momento preciso de mi vida.
Como siete cabezas debajo de la tierra, ocho onzas de arena debajo de los arbustos, un ciempés lucha por avanzar en la oscuridad de los suburbios freáticos.
Cuando finalmente logra asomarse, y sus ojos chocan con la luz solar. Muere al instante. Alegóricamente, la esperanza de supervivencia es mayor a las probabilidades mismas de ejecución del plan desarrollado, sin embargo, el confort, el algodón, los alfajores y la comodidad de la ventanilla no la cambio por nada.

2 Comments:

At 12:39 a. m., Blogger rambonarda said...

Nadie sensato, Jota, cambia el confort por nada. Y usté....bueno usté es usté.

Me alegra que no sólo haya recordado su usuario blogueriano sino así también su contraseña y de esta forma verlo asomar entre altisonante y combativo.

 
At 12:18 a. m., Blogger ewasdfascsvazsdfeghfdbas said...

Esa clase de textos hacen llorar al niño Iorio ='P


Ah rre que lloraba y sacaba la lengua

 

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